Seguramente te vas a sentir identificado con esta situación: entrás al auto, girás la llave y entra en contacto. Sin embargo, cuando girás por completo, el motor no arranca. Amaga a encender, pero nada. Entonces, probás girando y pisando el acelerador y ahí sí, arranca; aunque ni bien sacás el pie, se vuelve a apagar el motor.
Esta falla suele ocurrir en varios autos, pero claro está que no debería pasar.
Entonces, ¿qué pasa con el auto?
Al girar la llave y comprobar que los componentes eléctricos funcionan o encienden bien, nos permite descartar que sea un problema del alternador o la batería; es decir, un problema eléctrico.
Entonces, probablemente la falla se ubique en otro lado y esté relacionada con el motor y sus componentes fundamentales: aire, combustible, chispa y compresión, todo eso dentro del cilindro.
Claramente que de cada uno de estos componentes se requiere una medida adecuada y precisa que varía según cada motor y cada auto. En caso de no cumplir con ese stándard el motor no funcionará normalmente.
Todos estos problemas derivan en que puede haber un problema de chispa, falta de compresión, que no llegue nafta a los inyectores, o que le falte aire al motor. Por lo general, un auto se apaga si no se lo mantiene acelerado cuando hay un problema en la entrada de aire, más precisamente en el cuerpo de aceleración.
¿Qué es el cuerpo de aceleración?
El cuerpo de aceleración se encarga de controlar el suministro de aire que entra al múltiple de admisión. Funciona con una válvula del tipo mariposa que se abre y cierra cuando se pisa el acelerador.
Esta mariposa ajusta la cantidad de aire que entrará al motor. Se trata de una pieza redonda y plana, con un eje central sobre el que gira. Cuando está cerrada, boquea el paso del aire, y cuando se abre, lo hace girando sobre el eje y queda de perfil (o sea, completamente abierta). En este momento no opone resistencia al paso del aire.
De esta mariposa puede haber una para todos los cilindros, o una por cilindro, algo que no es lo más común.
Entonces, el cuerpo de aceleración suministra la cantidad de aire precisa para que se pueda realizar la combustión dentro del cilindro, algo vital y que te lo mencionamos más arriba. Ahora bien, por lo general este componente puede fallar por problemas de suciedad.
¿Cómo me doy cuenta de que el cuerpo de aceleración está sucio?
- Auto «enroscado» en marcha mínima o ralentí: el auto está acelerado. Si andando a baja velocidad notás que el motor está muy alto en revoluciones por minuto, o al ralentí la aguja está cercana a las 2.000 rpm, es que probablemente el cuerpo de aceleración esté sucio.
- El auto tironea: si notás que el auto produce aceleraciones espontáneas cortas, puede que el cuerpo de aceleración tenga suciedad, aunque también sería bueno revisar los filtros de aire o combustible, los cuales podrían estar tapados.
- Ralentí inestable: vas a notar que la aguja del tacómetro baja y sube. A veces, sobrepasando las 3.000 rpm. Es un claro signo de un cuerpo de aceleración demasiado sucio, o también descalibrado.
- RPM muy bajas: si está por debajo de las 1.000 rpm, puede ser un problema. Eso lleva a que el motor se apague en cualquier momento.
- Luz de Check Engine encendida: puede que se encienda por un problema detectado por el sensor TPS (Throttle Position Sensor, o Sensor de Posición del Acelerador). Como su nombre lo indica, mide la posición en la que se encuentra la mariposa de aceleración. Si el sensor detecta una anomalía, se encenderá la luz de Check Engine en tu tablero de instrumentos.