En los últimos años se ha observado que hay un gran cambio estructural en el consumo de los usuarios a gran escala. Este es el caso que se ha producido en el sector de la automoción, que ha visto como las nuevas generaciones están apostando por un tipo de movilidad urbana mucho más sostenible y en el que apuestan por el transporte público. Esto ha hecho que las caídas de las ventas de coches se hayan visto incrementadas en negativo, y al mismo tiempo los coches se quedan en grandes superficies a la espera de venderse finalmente.
Hace unos años el hecho de sacarse el carnet de conducir era el claro ejemplo de que la mayoría de edad ya había llegado. Se trataba de un ritual que permitía que en muchos casos se llegase a alcanzar esa madurez y libertad. En los últimos años se ha observado como la denominada generación Z, es decir, esos que nacieron entre 1996 y 2012 no cuentan con una clara intención de lograr esa licencia de conducir como su claro objetivo de vida. Este es el caso de la población americana, que se observó que en 1997 los adolescentes de 16 años tenían el 62% la licencia, algo que en 2020 supone un 25%.
Son diversos los motivos que han hecho que el groso de la población mundial no tengan este interés por la automoción. Entre otros, destaca la conciencia medio ambiental, la cual puede provocar un alto grado de ansiedad en esas personas y que al final les termina temiendo a los accidentes.
Alto precio
El incremento de los precios de los coches ha hecho que en algunos casos muchos usuarios se hayan tenido que cambiar sus estructuras sociales y al mismo tiempo se consolide en un mercado cambiante. Por eso, en un momento donde la inflación está en un primer plano, no se debe olvidar es posible que muchas personas no puedan hacerse con este tipo de vehículos de movilidad urbana, por lo que apuestan por un tipo de transporte mucho más económico y que apuesta por la movilidad a gran escala en todo el planeta.