No todas las personalizaciones de los autos son una mejora del modelo original, aunque como su nombre lo dice, es un tema completamente individual, que tiene que ver más con el gusto de un propietario y no con la opinión general.
Pero hace algunos años, la idea de tener un auto único ha empezado a tomar un auge inusual, a punta tal que los fabricantes de autos exclusivos han decidido dar un espacio a esos deseos de los clientes, con instalaciones dentro de las propias fábricas en las cuales participan de la selección de todos los componentes que no afectan el rendimiento del auto, y que van desde los colores exteriores e interiores, detalles únicos de identificación y equipamiento de distintos dispositivos o sistemas. Sucede con Ferrari, con Lamborghini, con Rolls-Royce, y con muchas marcas más entre las que hacen hypercars o autos de lujo.
El problema viene cuando un cliente quiere cambiar la forma del auto. Ahí es donde, en general, no está de acuerdo el departamento de ingeniería, que básicamente ha estudiado por meses cada pieza del vehículo, como para que alguien le cambie el aspecto, además de tener que arriesgarse a que esa modificación convierta el auto lindo en algo no tan estético. Le ocurrió a Justin Biaber, que modificó una Ferrari 458 Italia que originalmente era blanca, la pintó de azul y le colocó guardabarros más anchos, zócalos y un gran difusor, completamente fuera de línea con el diseño original. Esto le costó entrar en la lista negra de Maranello, por la cual, el músico norteamericano no podrá comprar un Ferrari nueva en ningún punto de venta de la marca en todo el mundo.
Hay que ver qué piensan en Rolls-Royce, porque hace pocos días, la empresa Car Effex, de New Jersey, terminó la transformación de un Cullinan, el SUV de la marca de lujo de origen inglés que ahora pertenece al BMW Group, por encargo del excéntrico rapero Lil Uzi Vert. Al auto, no se le hicieron modificaciones menores, sino más bien fue un trabajo de “cirugía mayor”, ya que se lo convirtió en una especie de pick-up completamente fuera de los parámetros de este tipo de vehículos.
La modificación que el artista encargó a Car Effex fue eliminar por completo el techo del SUV, desde la primera fila hasta la parte trasera, pero conservar el resto de la carrocería, el parabrisas con sus pilares, y toda la estructura que soporta también a las puertas laterales. Pero la transformación tampoco lo convierte en un descapotable, porque no hay cerramiento alguno para cubrir el interior, por lo que se podría decir que se trata de un vehículo para disfrutar únicamente en días soleados o noches calurosas, pero sin precipitaciones.
La parte trasera, que en una pick-up sería la caja de cargas, en este auto sigue siendo el baúl, con el mismo revestimiento de los asientos y las puertas del habitáculo, pero con el agregado de una gran placa de identificación que dice “Cullinan Vert Edition” y un gran parlante que emite sonido hacia atrás, a espaldas de los asientos traseros.
Además, se hicieron algunos cambios más en el interior del Cullinan. Si bien la imagen que transmite es la de un automóvil completamente blanco que incluyen hasta las lujosas llantas, los marcos de las ventanas y las manijas de las puertas tienen una terminación en color negro. La clásica parrilla delantera también está pintada de blanco, aunque combinada con un color violeta bastante llamativo y contrastante, que incluye las letras RR del logo. La excentricidad culmina con la insignia de Rolls-Royce, el “Espíritu del éxtasis”, que ha sido completamente cubierta en diamantes.
Si bien no se ha conocido el precio que pagó Symere Woods, el verdadero nombre de Lil Uzi Vert, teniendo en cuenta que un Rolls-Royce Cullinan tiene un precio aproximado a los 350.000 dólares, los conocedores del mercado de los autos personalizados estimaron que el “Cullinan Vert Edition” podría superar el medio millón de dólares de valor.