Tres letras pueden significar mucho. En el caso de la sigla GTI, nació hace 48 años y su sentido literal era “Gran Turismo Injection”, sin embargo, hoy representa mucho más: una tribu de entusiastas que celebran el concepto de un deportivo versátil, capaz de ser tan confortable en la ciudad como eficiente dentro de un circuito. Por supuesto, hablamos del Golf.
Para festejar la existencia de esta sigla Volkswagen aprovechó dos cosas. Por un lado, que este año el Golf cumple 50 años de vida, y por el otro, que la mítica reunión de fanáticos del GTI de Wörthersee, en Austria, que se celebra desde 1982, se suspendió. Y qué mejor que invitar a los fanáticos a…casa.
Por eso Wolfsburg, en Alemania, casa matriz del gigante automotriz y donde el Golf nació hace medio siglo, abrió sus puertas durante todo un fin de semana en un festival que combinó autos de museo, unidades preparadas y ejemplares de fanáticos de todo Alemania. Fueron unos 700. Fiesta asegurada.
La mayor particularidad del GTI Fan Fest, que debutó este año, es justamente que toma muy en cuenta a los fanáticos. Por eso no se trató solo de un “salón al aire libre”, sino de todo un set de actividades que tuvo a los autos en el centro, pero que también incluyó conciertos, charlas con especialistas, juegos para toda la familia, venta de repuestos y mucho, pero mucho merchandising.
El hit: una edición especial de zapatillas hecha por Adidas con la sigla GTI, que solo se puede comprar en este evento. Costaban 80 euros y el domingo ya estaban agotadas.
GTI por siempre
A lo largo de la historia la sigla GTI llegó a muchos modelos de Volkswagen. Desde el querido Gol, pasando por el Luppo, Polo y Up!, entre otros. Sin embargo, por haber nacido con el Golf en 1976, la atención siempre recae sobre este último modelo. Así que este es, casi casi, un festival del Golf.
La marca dispuso una unidad de cada una de las ocho generaciones del Golf GTI, ejemplares que en todos los casos tenían algo especial.
Para la primera generación (1976-1983) la unidad fue una blanca en impoluto estado, con su característico motor cuatro cilindros 1.6 de 110 CV. Esta potencia, combinada con apenas 800 kilos de peso, lo convirtió en el iniciador de toda una leyenda.
La segunda generación (1984-1991) expuesta es una unidad roja, fácilmente identificable por lo que fue su sello inconfundible: el doble faro. Al tratarse de una de las últimas fabricadas en 1991, el motor era un 1.8 de 129 CV que le permitía alcanzar los 200 km/h. Esta edición del modelo incorporó, por ejemplo, frenos con ABS y dirección asistida.
Para los argentinos la nostalgia empieza con la tercera generación (1991-1997), que en un rojo furioso recuerda al que en diferentes versiones fue un clásico de nuestro mercado. El ejemplar expuesto es de 1996 y corresponde a la versión “20 Años”, con motor de 4 cilindros, 2.0 litros y 115 CV, y detalles como exclusivas llantas BBS.
La cuarta generación (1998-2003) también es muy recordada, y en este caso la unidad expuesta era una exquisita edición especial “25 Años”. Motor 1.8 turbo de 180 CV, caja manual de seis marchas y una velocidad máxima de 222 km/h. Butacas Recaro, llantas BBS de 18″ y faldones en color carrocería, apenas algunos de los distintivos.
La línea cronológica sigue con la quinta (2004-2008) y sexta generación (2009-2012), desconocidas por aquí, hasta finalmente llegar a la séptima (2013-2020), que incluso probamos en TN Autos. En este caso la unidad expuesta, blanca, era una GTI Clubsport S, justamente la que batió el récord en Nürburgring y se convirtió en el auto de producción tracción delantera más rápido en el Infierno Verde.
El motor es un 2.0 litros turbo de 310 caballos, que le permite alcanzar los 265 km/h de velocidad máxima. Toda la puesta a punto de la suspensión es especial para sumar deportividad. De esta Clubsport S solo se fabricaron 400 unidades.
Por último, completa esta línea la octava generación del modelo, que comenzó a producirse en 2020 y sigue hasta la actualidad. La que se pudo ver también es la GTI Clubsport, que ostenta 300 caballos de fuerza y un avanzado diferencial autoblocante para mejorar el desempeño en pista.
Si hay GTI, hay R
Una de las cosas que más me gustó del festival es que no se restringe a los GTI, sino que se celebra todo lo que tiene que ver con la deportividad dentro de la marca. Por eso la familia R también dijo presente.
El que más miradas se robó fue el R32 de cuarta generación, un aparato bestial para 2002, año de su lanzamiento, cuando irrumpió con un VR6 de 3,2 litros y 241 caballos de fuerza, cajas manual o automática DSG de seis marchas y tracción integral a las cuatro ruedas. Un auto que marcó un nuevo parámetro dentro de los deportivos medianos.
Siguieron el R32 de quinta (250 CV) y sexta generación (271 CV), menos rutilantes para los argentinos -por no tener conexión con dichas generaciones de Golf-, pero cada vez más bestiales en prestaciones y eficacia.
La séptima y octava también estaban, en un stand donde no faltaron opciones para relajarse, con metegol, reposeras, música y simuladores para que los visitantes se sentaran detrás del volante.
Concepts, tuning y mucho más
La fiesta del Golf en Wolfsburgo siguió con muchos pero muchos autos más. Por empezar, la marca expuso cuatro prototipos que llamaron la atención. En especial el GTI Roadster, un descapotable de 2014 que nació en los videojuegos y que después llegó a la realidad. Rojo y con puertas de apertura tipo tijera, si bien no es nuevo fue uno de los autos más espectaculares del evento.
Otro fue el Design Vision GT, que es la interpretación de un Golf 100% vinculado a las carreras y al circuito. Aunque se trata de un concept que no se vende, se plantea, al igual que el GTI Roadster, con un motor VR6 de 3 litros, 503 CV y 300 km/h de velocidad final.
También estuvieron los GTE Sport, que es un ejercicio de diseño sobre un esquema híbrido enchufable, y el ID GTI Concept, que pretende anticipar cómo será un futuro GTI electrificado, uno de los grandes retos de la marca.
También hubo muchos Golf tuneados al extremo, y todo eso sin contar los autos de la comunidad alemana GTI que los estacionaron en las puertas del enorme predio de la marca en Wolfsburg.
También merecen mención los Golf modificados por estudiantes que están realizando prácticas en VW. Estos comúnmente se exponían en el evento original de Wörthersee, en Austria, y se pudieron disfrutar junto a sus creadores. ¡Su nivel de calidad es impresionante!
También hubo un escenario con shows varios y desfile de ejemplares GTI de todo tipo, incluso preparados al extremo por sus dueños. Allí un presentador entrevistaba al responsable del auto, que contaba cómo lo fue modificando y las particularidades de cada ejemplar.
Sin duda, ¡una verdadera fiesta GTI!
