Mercedes-AMG GLC Coupé: 421 o 680 CV, electrificación y mucha tecnología para las dos variantes más deportivas

Hablar de casi 700 CV para un vehículo de calle hasta hace algunos años atrás era prácticamente impensado, eran cifras a las que se acercaban los mejores superdeportivos. Sin embargo, la evolución de los motores y la electrificación permitió lo que parecía imposible, extraer esa potencia de un “pequeño” propulsor de 4 cilindros, en lugar de los V8, V10 o del exclusivo V12 de AMG. Y es justamente la firma de Affalterbach la que propone este cambio de paradigma con el nuevo GLC Coupé, completando la familia compuesta por el Clase C AMG y el GLC SUV, presentado hace algunos meses atrás.

Mercedes-AMG GLC CoupéLa fórmula es la misma de la versión “convencional”, pero llevado a su silueta Coupé. Comenzando por su estética, AMG decidió darle una apariencia más agresiva pero sin alterar tanto su diseño: por supuesto cuenta con la parrilla Panamericana de barras verticales cromadas junto con un paragolpes con tomas de aire más grandes y un kit aerodinámico que recorre toda la parte baja de la carrocería. Tampoco faltan las enormes llantas de aleación con un diseño similar a las del AMG GT, pintadas en negro y con el aro exterior cromado. En el remate posterior se destacan las cuatro salidas de escape, el difusor y un alerón más prominente. Sin dudas, en este caso al tratarse de la variante Coupé, la deportividad se acentúa aún más por su estilizada figura.

Puertas adentro, los GLC AMG incorporan tapizado en cuero Nappa combinadas con un tejido sintético denominado Microcut, con una apariencia más refinada que la Alcantara. Tampoco faltan los apliques en fibra de carbono, aluminio y detalles en Piano Black, así como el volante de tres rayos dobles que agrega el selector de modos de conducción y funciones exclusivas para su uso en pista.

Mercedes-AMG GLC CoupéSin dudas lo más interesante está bajo el capot: lamentablemente para los más puristas, la firma de Affalterbach comienza a despedirse de los V6 y V8 para apostar por el “pequeño” M139L, de 4 cilindros en línea y 2.0 litros, en este caso instalado en posición longitudinal y no transversal. El secreto está en su tecnología: la versión GLC 43 AMG cuenta con un turbo eléctrico –posee un motor eléctrico instalado en el eje del rotor, que se encarga de presurizar el aire que va hacia el motor, sin depender de manera directa de los gases de escape, lo que elimina a la vez el lag. También dispone de un sistema mild-hybrid de 48V. Con esta tecnología heredada de la Fórmula 1, el propulsor entrega nada menos que 421 CV a 6.750 rpm y 500 Nm de par a 5.000 rpm, acoplado a la caja automática AMG Speedshift MCT de 9 velocidades. En este caso, puede acelerar de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos y alcanzar los 250 km/h de velocidad máxima (limitada electrónicamente).

Pero eso no es todo, un escalón por encima se ubica la versión GLC 63 S E-Performance, que incorpora un sistema híbrido enchufable compuesto por un motor eléctrico ubicado en el eje trasero, un turbocompresor eléctrico más grande y una batería de 6,1 kWh. Su potencia llega a 680 CV e impresionantes 1.020 Nm de par (+9 CV y +1 Nm frente a la versión SUV), también acoplado a la caja automática de 9 marchas y al sistema de tracción integral 4Matic. Sus prestaciones son igual de bestiales: acelera de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos y logra una velocidad máxima de 275 km/h (también limitada electrónicamente). Asimismo, puede recorrer hasta 12 kilómetros en modo 100% eléctrico.

Mercedes-AMG GLC CoupéAdemás de disponer de los motores de 4 cilindros más potentes del mercado, cuentan con otras modificaciones como el sistema AMG Dynamics que mejora la estabilidad y los amortiguadores AMG Ride Control junto con discos de freno sobredimensionados y pinzas de hasta 6 pistones.

Con la apertura del libro de pedidos prevista para fines de este año, las primeras unidades serán entregadas a principios de 2024 en Europa. Meses después, posiblemente arribe a nuestro país.