Es la historia de un inmigrante que llegó a Estados Unidos de muy chico con su familia. Los increíbles deportivos que tiene en su garaje, valuados en unos 30 millones de dólares.
La sociedad está llena de historias de superación de inmigrantes que pasaron penurias, tuvieron que pelearla desde muy abajo hasta que lograron invertir la ecuación para convertirse en potentados. También es cierto que muchos de ellos prefieren resguardarse de la exposición pública. Pero hay otros que disfrutan de ser millonarios y lo exponen en un tiempo de altísimo perfil en las redes sociales. Es el caso de Manny Khoshbin, quien tiene una de colección de autos que está entre las mejores del mundo y la muestra sin pudores.
Es parte del orgullo que tiene por el camino que recorrió el empresario que ahora tiene 53 años y decide vivir a pura diversión, como si fuera un chico. Lo hace con sus autos, entre los que tiene de las marcas más afamadas: Ferrari, Mercedes-Benz, Porsche, Bugatti, McLaren y hasta uno hecho a pedido por el constructor argentino Horacio Pagani, dueño de una de las marcas más exclusivas del mundo.
Se declara admirador especialmente de los Mercedes SLR McLaren, pero entre los modelos que más se destacan en su colección emergen los tres Bugatti que guarda en su garaje, todos en ediciones especiales valuadas en varios millones de dólares cada uno. En verdad, se calcula que su colección supera los US$30 millones, menos de la décima parte de la fortuna total del iraní, que en 2022 fue calculada por la revista Forbes en más de US$450 millones.
La historia de Manny Khoshbin
En la actualidad es uno de los empresarios de real estate más importantes de la costa oeste de los Estados Unidos, Radicado en California, Manny Khoshbin llegó a Norteamérica a los 14 años, cuando su familia buscaba mejorar el nivel de vida que tenía en Irán.
Aquellos primeros tiempos fueron de penurias. No tenían dinero y sus herramientas, sin saber hablar inglés, eran limitadas. Por eso, aquella familia debió vivir en una furgoneta antes de poder instalarse en su primera vivienda alquilada.
Su primer trabajo en Estados Unidos fue como cajero de un K-Mart, al que cuidó como un tesoro aun en medio de los problemas que debió soportar por la segregación: en esos tiempos, principios de la década del 80, ya estaban en auge las tensiones de Washington con el régimen de los ayatolas instalado en su país.
A los 17 años ganaba poco más de tres dólares por hora. Aun así, pudo comprarse su primer auto: un Honda Accord de 1983, por el que pagó 5.000 dólares en una subasta. Como emprendedor vendió desde neumáticos hasta frutos secos. Toco fondo más de una vez con inversiones fallidas, hasta que entró al negocio de los bienes raíces.
Y con ese cambio empezó a darle más impulso a su pasión por los autos. Los dos importantes que sumó a su colección llegaron a fines del siglo 20, cuando compró un Mercedes-Benz 300E sedán y un Nissan 300ZX de 1990. Desde entonces no paró e incluso logró hacer negocios en la compra-venta de súper deportivos.
Los autos que tiene Manny Khoshbin
Pero el salto de calidad lo consiguió cuando llegó a su primera Ferrari, una F40. Tuvo algunas joyas que se desprendió en el plan de oxigenar su propia colección, como fue en los casos de un Porsche Boxster 2000 o de un Koenigsegg Agera RS que terminó vendiendo por 4,1 millones de dólares.
De todos modos, tiene otra variante de la exuberante marca sueca: un Agera RS Phoenix de fibra de carbono revestido en oro de 24 kilates. Se suma a otras versiones exclusivas de grandes modelos, como un McLaren P1 con motor V8 biturbo de 3.8 litros y 903 CV y un Bugatti Veyron Rembrandt.
El iraní también tiene uno de los 85 exclusivos Aston Martin Walkyrie Spyder, diseñado por Adrian Newey -uno de los ingenieros más afamados de la Fórmula 1- y dotado con un motor V12 de 6.5 litros híbrido diseñado por Cosworth con 1.150 CV. Tiene tres Bugatti: además del Veyron Rembrandt, suma un Chiron Hermes y un Bolide -variante del Chiron- que desarrolla 1.850 CV gracias a su motor W16 de 8 litros y con cuatro turbos.
Más súper autos que guarda en su garaje: un Pagani Huayra, un Saalen S7 TT, dos Rolls Royce Phantom Drophead (de 2008 y 2016), un Rolls Royce Dawn, dos Rolls Royce Gost, un McLaren P1 Roadster, un McLaren Senna, un extrañísimo McLaren Speed Trail y un McLaren 650S. La lista sigue con varios Porsche: un 935 de 2019, un 918 Spyder, un Carrera GT y un Boxster de 2000. A ellos se suman un Ford GT Heritage Edition y Lamborghini Aventador.
Su gran debilidad son los Mercedes SLR McLaren, de los que llegó a tener nueve, tanto con en su versión con techo como en el roadster. Se trata de un modelo diseñado por Gordon Murray -de los mejores ingenieros de la historia de la Fórmula 1- a partir del McLaren SLR de serie, con un motor V8 de 5.6 litros con compresor y 620 CV.
Aun así, Khoshbin no dudó en cumplirle el deseo a uno de sus empleados: como regalo de Navidad, le obsequió al camarógrafo que lo ayuda en sus contenidos para las redes sociales la chance de que eligiera uno de sus autos para manejarlo. Y optó por uno de los Mercedes SLR McLaren que condujo mientras su propio jefe lo grababa. Lo compartió en sus redes sociales, muy nutridas por cierto: en Instagram tiene 3,3 millones de seguidores.